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La vida en las villas: el 83% de los chicos quiere mudarse a otro lugar

06.11.2013 00:00

La cifra habla por sí sola. El 83% de los adolescentes de entre 12 y 16 años que viven en villas o asentamientos de la ciudad y el conurbano bonaerense desean mudarse a otro barrio y, si fuera posible, la mitad de ellos lo haría hoy mismo. Por otro lado, y aunque parezca contradictorio, el 77% admite que le gusta vivir en su barrio, producto del sentimiento relacionado con el arraigo y la amistad.

Los datos surgen de la encuesta "Las voces de los adolescentes en villas y asentamientos de Buenos Aires", coordinada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la organización Techo.

En el relevamiento, el 51% de los jóvenes considera que la zona que habitan es insegura y ese porcentaje crece entre quienes viven en la Capital.

Para el 93% de los chicos consultados, la madre es la persona con mayor presencia en la familia. La figura paterna aparece en el quinto lugar en las consideraciones, detrás de la madre, hermanos, abuelos y tíos. En el 32% de los casos, los padres no viven con sus hijos.

Además, el 13% de los menores encuestados trabaja.

Los datos son el fruto de un relevamiento realizado entre noviembre de 2012 y febrero de este año, en el que unos 400 voluntarios entrevistaron a 1100 chicos y chicas que viven en villas y asentamientos del área metropolitana de Buenos Aires. Los resultados fueron presentados ayer por los representantes de ambas organizaciones con el objetivo de dar a conocer qué piensan los jóvenes del sector social más postergado.

 

"Lo más interesante de la alianza de Unicef y Techo es poder levantar la voz de los chicos que viven en situación de vulnerabilidad", dijo en la presentación María Julia Gabosi, directora social de Techo. "Los adolescentes se sintieron escuchados y ahora tenemos el poder de seguir funcionando como un amplificador de sus voces", agregó.

Me gusta, pero me voy

Según el relevamiento, la mitad de los entrevistados vivió siempre en el mismo lugar. Y a pesar de que la gran mayoría desea mudarse en un futuro, el 77,5% admitió que le gusta mucho vivir en su barrio. Aunque eso suene contradictorio, la respuesta encuentra explicación en el apego de los chicos al lugar que los vio nacer, a la familia y a los amigos.

Los aspectos menos valorados del barrio giran en torno a la inseguridad. Más del 75% de los entrevistados dijeron haber presenciado escenas de inseguridad y 7 de cada 10 manifestaron haber visto al menos un episodio de violencia en los últimos seis meses, como peleas entre vecinos o discusiones. Asaltos, robos y crímenes (27,6%); alcohol y drogas, principalmente el paco (12,4%), y problemas no violentos con los vecinos, como distanciamiento o falta de solidaridad (12%), son los aspectos más negativos en la consideración de los jóvenes. Sin embargo, estos parámetros no influyeron en una percepción similar sobre el barrio.

La encuesta -en la cual también trabajó la consultora Analogías- puso énfasis en la familia y arrojó, en ese punto, datos para tener en cuenta. El promedio de personas por hogar es de 6,4; el 59,5% de adolescentes viven con ambos progenitores; el 32% lo hace con la madre, pero sin el padre, y el 4% sólo con el padre. De los números totales se concluye que el 36% de los chicos no comparten la vivienda con los padres.

Esos guarismos dan sustento al hecho de que la madre aparezca como el miembro de la familia con principal presencia en el hogar: un 93% de los jóvenes la puso por encima de los hermanos (83,7%), los abuelos (82,8%) y los tíos (73,6%) en la preferencia. El padre recién aparece en el quinto lugar, con el 60,8 por ciento. "Este parámetro puede ser indicativo de la ausencia del progenitor como jefe de hogar por cuestiones de trabajo o porque, simplemente, no está en la familia", explicó Ignacio Gregorini, director del Centro de Investigación de Techo.

Trabajo infantil

La ley 26.390, de prohibición del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente, establece que la edad mínima de admisión del empleo es de 16 años. Y los adolescentes que trabajan deben hacerlo acompañados de un adulto.

Sin embargo, la encuesta demostró que el 13% de los 1100 entrevistados de entre 12 y 16 años manifestó tener un empleo y que sólo el 4,3% lo hace junto a un mayor. En resumen, 114 chicas y chicos trabajan sin haber alcanzado la edad mínima para hacerlo.

Un 19% de los chicos de entre 15 y 16 años consultados (84 de 440) admitió que está buscando trabajo. En tanto, 57 de 642 chicos de entre 12 y 14 años (el 9%) participantes en el estudio están en la misma búsqueda.

Tres de cada diez chicos tienen empleos relacionados con la construcción; le siguen vendedor en un quiosco o almacén (14,8%), empleada doméstica (6,6%) y niñera (6,6%).

En cuanto a cómo esperan ganarse la vida en el futuro, las profesiones universitarias fueron las más elegidas por los chicos encuestados, con un 23,7%; le siguieron docente (12,8%), y policía (9,9%). Al sumar otras opciones, casi un 25% piensa que tendrá un empleo relacionado con los servicios a la comunidad.

Acceso a la tecnología

Los adolescentes que viven en villas o asentamientos tienen un amplio acceso a teléfonos celulares, ya que 66% cuenta con al menos un aparato. Lo utilizan, principalmente, para enviar mensajes de texto, hablar y escuchar música.

Además, el 63% cuenta con acceso a una computadora en su casa, y el 66% cuenta con la posibilidad de conectarse a Internet. Casi el 90% de los jóvenes cuenta con una PC del programa Conectar Igualdad. El mayor uso que les dan a las computadoras es para navegar en las redes sociales y para estudiar.

Los números de una zona crítica

 

  • 40%De los chicos que trabajan no van a la escuela. Por otro lado, el 90% del total de la muestra dijo asistir a clases
  • 14%Es el porcentaje de jefa o jefe de hogar que se encuentra desocupado. El 77% de los encuestados dijo tener un empleo, mientras que el 4,3% ya es jubilado
  • 61,3%De las viviendas tienen menos de tres ambientes. El promedio de personas por ambiente es de 2,8, y de 3,2 por dormitorio o habitación en que se duerme
  • 21,4%De los jóvenes conversan con su familia de política y economía. Sólo el 2% habla del futuro y los proyectos familiares; además, el 16% debate sobre cuestiones del barrio

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